MARIA REMESAL Y PACO DE LA PUENTE.
El día que una amiga muy querida, me dijo
conociendo que yo estaba y estoy viviendo años difíciles, que su madre decía
que Dios no nos mande todo lo que podemos aguantar, se me encogió la tripa, el estómago
y cerré los ojos.
Esa respuesta del propio cuerpo era
premonición de malos tiempos. Y ha sido así.
Y también recuerdo que otra amiga me dijo en
una ocasión que los alumnos se aprovechaban de todas las enseñanzas que les
impartía el profesor y luego eran unos desagradecidos. Bueno, pensé, yo disfruto
dando clases y sabiendo que mis conocimientos serán camino para algunos alumnos.
Son las 5,30 de la mañana del día 7 de septiembre
de 2025, y el sueño se ha ido a ver amanecer, porque yo llevo despierta desde
las 3,30 de la mañana, recordando un 17 de septiembre de 2021. No es que
tuviera que hacer una mudanza, no, era un cambio muy drástico, de una casa muy
grande a un piso bueno, pero con unas dimensiones pequeñas con respecto a la
casa en la que vivía, donde también tenía mi estudio, y hacer la mudanza sola.
En estas circunstancias, sin que yo lo
pidiera, se ofrecieron a ayudarme dos exalumnos a los que no les podré pagar
nunca su ayuda. María Remesal y Paco de la Puente.
Movimientos de muebles, agujeros en las
paredes para poner cuadros, platos, adornos. Colocación de estantes, macetas
grandes, intercambiar opiniones, etc., etc., y, sobre todo ¡Atención! la bondad
y comprensión que tuvieron para comprender y ponerse en mi piel y en mi corazón,
en aquellas circunstancias.
Yo confiaba en muchas personas, porque
consideraba que tenía muchos amigos, pero, también se dice que la amistad se
demuestra en los momentos difíciles, porque ayudar no es que te hagan un favor
cuando la otra persona tiene tiempo o ganas. Ayudar es ayudar cuando lo
necesitas.
¡Cuántas personas “amigas” desaparecieron
corriendo como las nubes del cielo!
Tuve en aquellas fechas también otras ayudas
puntuales, de las cuales espero tener tiempo y comentar en otros momentos, pero
recordando el día 17 de septiembre de 22021, esta entrada en mi blog, va
dedicadas a ellos: María Remesal y Paco de la Puente, pasaron días y meses
ayudándome.
Sigo teniendo algunos buenos amigos con los
que comparto asuntos de la vida cotidiana, pero hoy, despierta desde las 3,30
de la madrugada, recordando aquel 17 de septiembre de 2021, mis sentimientos de
gratitud inmensa son para María Remesal y Paco de la Puente, y se que estoy
repitiendo sus nombres ¡Qué menos!
Yo creo que les enseñé bastante sobre el
arte de la pintura, pero, al final, ellos me han enseñado a mí mucho más: lo
que es una verdadera amistad. La ayuda de María y la de Paco, respondió a lo
que yo entiendo como “caridad cristiana”, poniéndote en el lugar de la otra
persona y en sus circunstancias. ¡Qué grande es la verdadera amistad, que se
demuestra con hechos!
Tuve no uno, sino dos ángeles de la guarda,
dispuestos, eficaces, competentes, AMIGOS. Paco de la Puente y María Remesal. A
ellos les quiero expresar mi AGRADECIMIENTO, pequeñísimo, en comparación de
todo lo que recibí de ellos.
Trinidad Romero. 7.9.25.
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